domingo, 4 de septiembre de 2011

"El rebote" - por Juan Martínez




El rebote tanto ofensivo como defensivo, debe considerarse desde el mantenimiento constante de una actitud mental, una condición física y una aptitud técnica.

Aunque las tres condiciones son necesarias e importantes por igual, no lo son por el orden en la insistencia de su enseñanza y aplicación.

Hay que insistir en la enseñanza del rebote, en que es una acción indirecta por que incluye previamente el saber CÚANDO, DÓNDE y CONTRA QUIÉN hay que rebotear.

Aunque la anticipación para buscar la posición de rebote sea muy importante, tratar de ganarla y defenderla antes del tiempo justo para aprovecharla hace más difícil el mantenerla porque permite que la defensa tenga tiempo de rectificar y recuperar la posición, siendo preferible mantener una actitud mentalmente aguda y físicamente fría y relajada hasta el momento que consideramos justo para desarrollar la acción física y técnica que corresponda.

Para tener más opciones y hacer más fácil el ganar la posición al defensor hay que estar pendiente de la atención visual directa que te preste el adversario para buscar la posición en el momento en que atendiendo a otras acciones, no te esté mirando, evitando la necesaria finta a que toda acción inicial obliga el defensor que te mira.

Definimos sintetizando lo que hemos querido expresar con anterioridad con el “precepto” que debemos aplicar a los jugadores que se mueven en espacios cortos, densos y breves

Mira donde quieres ir; ve en el momento justo y procura saber lo que harás cuando llegues.

Si el equipo no tiene unas posiciones y evoluciones de juego muy estructuradas donde lo imprevisto aunque sea conveniente desestime a favor de la estructura, se le debe indicar a los jugadores que el tener que rebotear no debe de estar en función de la estatura, la capacidad de salto, el peso o la posición generalmente asignada en las alineaciones, sino en función exclusiva de su proximidad al aro en el momento del lanzamiento porque siguiendo el principio de que se debe estar jugando en todo momento, no se puede permitir que a una acción ofensiva fallada cerca del aro por un base corresponda a continuación el intento de cortar la acción final de contraataque del adversario, al que de todos modos no llegaría a tiempo.

Digamos pues, que cualquier jugador y en todo momento, debe acudir al lugar que considere que puede ser inmediatamente útil, salvo en el caso de tener que atender a una rígida estructura de juego determinada
.

El rebote, aunque deberíamos considerarlo bajo muy diversas situaciones, ángulos y circunstancias, su variedad es tan grande que nos obliga a diferenciarlo sólo como rebote de ataque y defensa y más ligeramente entre jugadores interiores y exteriores.

REBOTE OFENSIVO

En el rebote de ataque aunque no en la misma proporción que en el rebote de defensa, lo primero que se ha de tener en cuenta es si inicialmente debemos ganar la posición o que no nos la ganen, aplicando el precepto de “mirar” a la defensa para saber cuando y por dónde nos debemos desplazar y teniendo en cuenta lo siguiente:

       1º.- Si nos encontramos detrás del defensor, tenemos que fintar los desplazamientos de pies zigzagueándolos en los apoyos, con mayor o menor desplazamiento según la capacidad de reacción y ritmo del defensor.

      2º.- Aunque la finta nos deje libre la dirección del rebote, no debemos acudir a él antes de invertir la posición que teníamos de jugador defendido a la posición de jugador defensor, cortándole la trayectoria del recorrido de rebote y la cadencia de seguimiento al adversario.


Ejecución.

1º.-  Apertura rápida y amplia de las piernas con apoyo alternativo de los pies en el suelo por este orden: pie pivote primero y pie de finta después, con retorno continuado y rápido del pie de finta a la posición anterior.

2º.- Desde la posición última y en acción continuada y rápida saltar hacia delante con el pie de finta para caer con parada de paso y seguidamente atravesar la posición de seguimiento del defensor con una amplia apertura lateral del pie de finta anterior.

3º.- Con los brazos extendidos hasta las codos a los costados del cuerpo, a la altura de los hombros y con las piernas abiertas, esperar el contacto con el defensor para cortarle la dirección y cadencia del seguimiento y después de contactar (no antes), entrar en carrera a la posición del rebote.

4º.- Cuando el jugador no tenga mucho peso y después de atravesar la posición de entrada del defensor, al que se la hemos ganado dándole la espalda, deberá desplazar un pie más para colocarse en posición lateral respecto al adversario, cortándole la progresión de entrada con el antebrazo, para no ser empujado y desplazado de la posición ganada por un adversario de mayor peso.

5º.- No se debe recoger el balón en la vertical de nuestro salto, y si al saltar estuviéramos en la vertical del balón, debemos hacerlo dando la espalda al defensor más cercano y procurando atraparlo ligeramente por delante de nuestro cuerpo.

Hay que insistir siempre en que no basta con querer ganar la posición y querer coger el balón, sino que no nos ganen ni nos la cojan.

EL PALMEO

El remate de palmeo sólo debe emplearse cuando el balón se encuentre muy cerca del aro, porque la acción de golpearlo sólo es eficaz para desviar tiros muy cortos y cuando aún no tiene velocidad de caída.

La mano que palmea debe de estar con los dedos abiertos, ligeramente arqueada y con los dedos y la muñeca semirrígidos, golpeando el balón entre los dedos índice y corazón, con el brazo estirado, sin rigidez pero sin flexionarlo para impulsar el balón.

EN LA PRÓXIMA ENTREGA, HABLAREMOS DE QUIÉN ES JUAN MARTÍNEZ.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: Martínez, J. (1.999).  Guía del entrenamiento.

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